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Construya su horno de leña con adobes, barro, refractarios


Horno de Joaquín y Mar en Abia de la Obispalía (Cuenca)

Hola somos Joaquín y Mar, tenemos una casita rural en Abia de la Obispalía (Cuenca), y tras visitar muchas veces esta página y coger prestados los consejos de todos nuestros antecesores, nos decidimos a intentar construir nosotros mismos y sin tener ni idea de albañilería, un horno de leña.

Nuestro horno es una pieza de la alfarería José Luís Redondo en Pereruela. Estos hornos tienen la boca más baja y reforzada para aprovechar más el calor.

 
En primer lugar realizamos una base de ladrillos rústicos hechos a mano sobre la cual realizamos una losa de hormigón de 4 cm. de espesor con mallazo 15x15x5 sobre bardos de 1 m. de longitud alojados en vigas en “T” de 40 mm.

 
Seguidamente realizamos un círculo con ladrillos refractarios puestos de canto de un diámetro ligeramente superior a los 90 cm. del horno. Dicho círculo lo rellenamos con fragmentos de botellas de vidrio en la capa inferior y seguidamente le añadimos 40 Kg. de sal gorda hasta cubrir 2/3 de la altura de los ladrillos refractarios.
En la base del horno, colocamos fibra de vidrio en planchas adhesivas que se utilizan para aislar el calor que desprenden los motores de los carros de combate, y seguidamente lo asentamos sobre la base de sal y vidrios rotos.
Después construimos el arco que sujeta la puerta y la campana con el corta tiros, dejando introducida en la cámara que se ha forma entre la boca del horno y la puerta de hiero fundido la sonda del pirómetro, tocando ésta con su punta la cara exterior del horno.

 
Una buena capa del pegajoso barro de Cuenca mezclado con paja, incrementó el espesor del aislante 15 cm. en el peor de los casos. Tras esperar dos meses para que todo el barro se secase, rellenamos las grietas que se formaron con arena.

 
Forramos todo el barro con planchas de fibra de vidrio, como hicimos en la base. Seguidamente y con la ayuda de clavos de buen tamaño, colocamos malla de gallinero para facilitar que el mortero monocapa, que cubre todo el conjunto y le da el acabado final, se fijase sin problemas y así evitar la aparición de grietas en la superficie exterior.

 

 
Finalmente insertamos el tubo de salida de humos a la chimenea de una estufa de hierro fundido. Con sus 6 m. de tubo hasta el exterior, creó un gran tiro evitando los temidos revocos de humo.

 
Os dejo algunas imágenes del proceso y de los resultados de los primeros asados.
Espero que sirva para aquellas personas que aun no se hayan decidido a meterse en este tipo de enredo, nosotros desde aquí os animamos.

 

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