Horno Familia Velázquez-Liñares en Uruguay
Horno de familia
Velázquez Liñares (Solymar, Ciudad de la Costa, Uruguay)
Por fin llegó el gran día tan esperado.
Poder publicar nuestro horno que tantas horas y días de fin de semana
exigiera para su construcción. Un par de apuntes iniciales; como la
inmensa mayoría de los contribuyentes a este sitio mi actividad laboral
nada tiene que ver con cucharas, niveles ni cemento, en absoluto. Por otra
parte expreso desde ya profundo agradecimiento a cada uno de ustedes pues
se han convertido en colegas y compañeros virtuales que me hacían llegar
sin saberlo su consejo y su estímulo cuando cada atardecer mermaban las
fuerzas y la obra aún no estaba terminada. MUCHAS GRACIAS. Nunca antes
había siquiera imaginado tener y mucho menos hacer con mis propias manos
un horno de barro; sucede que mi esposa a lo largo de los años siempre
recordaba con cariño sus veranos en Araminda (balneario de la costa
uruguaya) y a su madre horneando pan, asando en un horno que la casa de
veraneo poseía. Esa nostalgia y un clic imprevisto que me trajo a esta
página encendieron la llama. Finalmente agrego que poco puedo aportar de
innovador a lo mucho y bueno que otros testimonios encierran. Vayan
igualmente algunas fotos y comentarios del proceso a modo de sencillo
agradecimiento.

Un cantero que iba a tener como destino
plantas aromáticas cambio inesperadamente su destino. Desde ese día
pasó a ser parte de la base del futuro horno. Para un novato esta etapa
llevo mucho de análisis, planteos y tirar medidas. Y que lejos del final
estábamos todavía. Algo que aprendí de "hornos artesanos" y
que me parece fantástico es que no hay ni habrá en tantos lugares
distantes en el mundo un horno de barro igual a otro. Increíble.
Luego de evaluar hacer un encofrado con hierro, pedregullo y cemento tomé
la decisión de adquirir una losa prefabricada utilizada en cámaras
asépticas. El punto es que son de forma circular lo que representaba un
cambio de planes en cuanto a la base de sustento. Con bloques y ladrillos
comencé a darle forma esférica a los pilares. Esa noche, a forma de
festejo por el inicio de obras, la familia salió a cenar fuera de lo que
da muestra una botella vacía delicioso tinto Tanat uruguayo

Una vez montada la losa sobre la base comencé
a revestir esta última con piedra obtenida en un punta rocosa de un playa
montevideana. La intención fue adelantarme al resultado final para
evaluar el acabado estético. Para mi gusto el resultado fue muy bueno
otorgando rusticidad y simpleza a la apariencia. Mucho esfuerzo en
recolectar la piedra pero sin gastos adicionales.
Las dos supervisoras de obra. Compañía permanente de tantas jornadas de
trabajo en solitario.

La etapa de moler el vidrio donde una bolsa
gruesa sirvió de protección segura para evitar un mal rato. Berberajes
de los más variados orígenes, fermentados, destilados, uruguayos,
chilenos, escoceses. Aportes de las más diversas nacionalidades como los
de la página.
Sobre el vidrio molido coloque arena seca que apisoné lo mejor posible y
refractarios solo apoyados sin cemento;

me dispuse a amurar la puerta que es de doble
chapa de hierro con tierra refractaria entre ambas láminas. Para colocar
los ladrillos del portal me serví de una madera a la que clave un caño
flexible de plastiducto para agua con la forma del arco de la puerta.
Sostuvo los ladrillos mientras fraguaba el cemento sin problemas.
El barro lo obtuve de una chacra y se compone de tierra negra, restos de
pasto y excremento de caballo. Los mezcle en una proporción de 2 partes
de tierra y una de bosta. Al comienzo lo amasaba sobre una carretilla; la
experiencia en mi caso me demostró que con la práctica es mejor en el
mismo balde en que la trasladaba hacia el lugar del horno. En ese
recipiente le agregaba el agua necesaria hasta que obtenía una masa
pastosa fácilmente manejable.

Perdón por la inoportuna aparición pero mi
hijo me sorprendió con las manos en la masa.
Sugerencia, no ingresen a la casa, no toquen nada, usen vestimenta de
descarte, el barro quedará como un indeleble recuerdo en todo lugar al
que se aproximen. Buena noticia para las esposas.
A medida que levantaba la bóveda iba aplicando alguna capa ligera del
barro sobre los ladrillos que previamente cortaba por mitades. Siguiendo
sus consejos coloque las primeras tres hiladas a plomo y en la cuarta
compensé la perdida de inclinación con bastante barro en la junta. El
sistema para lograr el radio (50 cms) fue el tradicional hilo anudado a un
clavo en el centro. Simple y muy efectivo.

Una parte que me resulto compleja y que creo
subestimé en su complejidad al menos para mi fue el remate de los
ladrillos sobre el pórtico. Quizá apresuré el planteo de la ubicación
de la puerta. Esto me obligó a horas de ver cada uno de los aportes de
los colegas al punto que hoy me basta con ver una foto y se con certeza
quien, como y en que lugar del mundo hizo su horno. Igualmente lo
disfruté. Solucioné el tema con cortes en cada ladrillo en forma de
cuña cuando se montaba sobre el pórtico subsanando la falta de soporte
por debajo.

A continuación, breve repaso de amure de
caño de hierro de la chimenea (a ¾ de altura de la bóveda y enfrentada
a la puerta), doble capa de barro, fibra de vidrio con malla de tejido y
sobre ella acabado con cemento y arena.

Finalmente, remate de revestir en piedra el
resto de la base y cúpula en piedra. El curado lo realicé con pequeños
fuegos cada vez de mayor intensidad y se comportó muy bien. Aún sin
terminar el acabado estético experimentamos con pizzas y una pata de
cordero. Excelente!!!!! Realmente satisfactorio y pagó el esfuerzo de
tantas tardes de fin de semana soportando el duro invierno oriental. Se
aproxima la primavera y los tiempos de disfrute en la intimidad de la
familia o con amigos. Al fin y al cabo de eso se trata compartir y
también caminar por las noches antes de dormir, echar un vistazo y
constatar que "se puede, que es posible" desafiarse a uno mismo
y mejorar nuestra propia marca. ¿O no se trata de eso el estar vivo? Me
despido con las últimas imágenes, mi sobrino y ahijado en la primera
prueba, mi hermano (ya pidió ayuda para construir el propio), mi esposa
(maestra de la cocina), nuestro hijo (maestro de pala) y con el tiempo se
sumarán al álbum familiar muchas otras que serán testimonio de buenos
momentos.

"Debes amar la
arcilla que va en tus manos,
debes amar la arena hasta la locura
solo el amor alumbra lo que perdura
solo el amor convierte en milagro el barro…."
Silvio
Rodríguez
bohemio62@gmail.com
|