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Receta de cordero

Os acompaño algunas reglas para asar cordero en horno de leña
 
Saludos
 
Antonio Rato

Consejos para asar cordero

Con un hacha pequeña de partir astillas le produzco algunos hendidos en las patas, rompiendo el hueso, sobre todo si éstas son grandes. Aparte de favorecer la cocción también facilita el posterior trinchado para repartirlo en la mesa.

Lo unto bien con aceite y pongo un poco de agua con sal en la fuente (ojo, poca, porque se trata de hacer un asado y no un cocido). En Segovia no se pone nada más pero, como me gusta ser infractor, a veces majo en un mortero la sal con orégano, perejil y algo de ajo y luego le añado mostaza marrón y froto con ello el cordero, o bien le pongo debajo algo de laurel o alguna otra cosa que se me ocurra. Es difícil que con un poco de sentido común podamos cargarnos el asado haciendo experiencias sin pretensiones de nouvelle cuisine.

Pongo el horno muy fuerte al principio para que el cordero cierre los poros y guarde su jugo. El primer calentón se lo doy boca arriba y el segundo boca abajo (de diez a quince minutos cada uno).

Una vez coagulada la parte externa, bajo el calor. Para ello esparzo bien las brasas, abro del todo la puerta y el tiro, y se es necesario incluso echo las brasas en una carretilla. (Las brasas de la carretilla las riego para que se apaguen y luego, una vez secas, me servirán de carbón vegetal para la barbacoa. No hay que respirar el vapor que despiden con el agua, pues creo que es tóxico)

Vuelvo a meter el cordero boca arriba y cada x tiempo lo rocío con su propios jugos a los que añado algo de agua con vino blanco, de forma que se vaya creando una capa glaseada que lo mantenga jugoso. Hacia la mitad de la cocción le vuelvo a dar la vuelta y mojo una miga de pan en la salsa para ver si anda bien de sal. Es el momento de añadir si faltase.

Cuando ya está hecho (en torno a las dos horas), vuelco la fuente para verter el jugo de cocción en un puchero. El cordero ya asado debe reposar al menos unos quince minutos en un sitio no demasiado caliente pero si lo bastante para que guarde el calor (por ej. en la boca abierta del horno), a fin de que absorba los jugos que no ha soltado y no los pierda al trincharlo. Se pueden quemar unos manojos de tomillo mientras reposa para que se ahúme algo y coja olor.

Como el cordero no aguanta el recalentón y hay que consumirlo caliente, el tiempo de reposo debe emplearse para sentarse a la mesa y si se pone algo antes del cordero (gazpacho, etc) irlo comiendo ya. Lo ideal es que haya alguien que sepa trinchar, que es un arte que se ha ido perdiendo, porque el buen corte es muy importante gastronómicamente.

Con el jugo de la cocción, al que puedo agregar algo de brandy y pimienta negra molida, hiervo en la cocina unos dientes pelados de ajo y luego le quito la grasa y lo pongo en una salsera de barro caliente para que guarde el calor. La grasa se la quito porque me obliga mi mujer, porque a mi personalmente no solo no me molesta sino que me gusta, aunque reconozco que estoy en ínfima minoría.

El cordero lechal debe estar bien asado para no ser indigesto. En cambio, el cordero mayor puede estar algo menos hecho. El tiempo calculado de cocción suele ser de entre quince y veinte minutos por kilo, aunque el punto se observa pinchando el asado por algún punto carnoso y viendo si sigue soltando un liquido rosáceo.

Es muy frecuente que el horno no caliente igual por todo su perímetro, y hay que estar atento para ir girando las fuentes de forma que lo menos torrado se ponga hacia la parte más caliente. En realidad para asar basta con tener sentido común y no cumplir los consejos al pie de la letra. La teoría debe ser una simple guía para la acción.

Guarnición para el cordero.

Hay una crema tradicional francesa de cebolla (Soubise) que, aunque está cayendo en el olvido, va muy bien con el cordero asado. Hay infinitas formas de hacerla. Yo, personalmente, utilizo la siguiente:

Pongo en el horno, cuando éste se encuentra ya en el calor estable A de crucero@ (por ej. a 190 grados), las cebollas envueltas por separado en papel albal y las dejo allí hasta que estén blandas (entre una y dos horas, según el tamaño de las cebollas).

Preparo arroz hervido en cantidad similar a las cebollas

Saco las cebollas del horno y las pico en dados gruesos. Las pongo en una cacerola de acero inoxidable y les agrego el arroz. Cuezo el conjunto a fuego lento, removiendo algo para que no se pegue, hasta que se absorba el jugo de las cebollas.

Paso todo por el chino. Le agrego yogur (o leche, o crema, o mantequilla según preferencias), sal y pimienta y si se quiere algo de zumo de limón y lo bato con un tenedor como si fuera a remontarlo.

Se presenta gratinado con queso emental o similar


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Antonio Rato

 

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